Una de las piezas de la casa que más me gusta son los comedores. He tratado de buscar una explicación y he llegado a la conclusión de que quizás se deba a que en la casa de mis padres nunca hubo uno. En la España de los años 70 se comía en la cocina, no estaban las cosas como para derrochar metros cuadrados destinándolos a algo que podía hacerse en el lugar donde se preparaban los alimentos. Además, el "baby-boom" hizo que fueran necesarios los huecos para poner las habitaciones de los 3 o 4 hijos (si no más).
En fin, que en cuanto abro una revista o libro de decoración, o leo un blog, se me van los ojos a los comedores, y hoy quiero traeros unos cuantos que me gustan especialmente. Todos tienen en común que son nórdicos, llenos de calidez, como todo lo que proviene de ese lado de Europa. Y, sobre todo, están llenos de ideas inspiradoras.
¿A qué están para comérselos? ¿Con cuál te quedas?
(Fotografías de Carl Dahlstedt, Vía Folio Bildbyra)
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