De vez en cuando me pongo a revisar las entradas publicadas en el blog, y una de las cosas de las que me he dado cuenta es que, así, en un vistazo rápido, predominan los colores sobrios, más bien oscuros, en las imágenes que elijo para ilustrar mis posts.
Esto (y el hecho que el otro día dedicara un post al color gris) me ha hecho reflexionar acerca de la presencia (o no) de los colores fuertes, "chillones", en mis esquemas decorativos. Así que me he ido a mis "paneles de inspiración" virtual, en Pinterest, para indagar acerca del tipo de imágenes que cuelgo en ellos.
Allí me he dado cuenta de lo mismo: en estas imágenes seleccionadas aparecen colores, pero siempre en forma de pequeños "toques", de breves pinceladas, que ponen un "chispazo" vibrante en lienzos decorativos en los que dominan los colores neutros.
Y es que los colores bloque me gustan en dosis justas, porque creo que es así como adquieren toda su importancia y es que... ¿no es el amarillo el dueño absoluto de todas estas imágenes, a pesar de que en algunas su presencia es meramente testimonial? En todas ellas se convierte en punto focal y es ahí donde reside su encanto.
¿Qué opinas? ¿Te gusta el color amarillo?
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