Creo que ya lo he mencionado en alguna ocasión, pero si no, lo hago ahora. Soy un verdadero "entusiasta" de las lámparas de sobremesa, las pongo en cualquier lugar de la casa: encima de un aparador, de una mesita, sobre el escritorio, encima de la mesilla de noche... Y, además, me gusta que sean diferentes, que contrasten entre ellas, tanto en estilo como en forma y colores.
Y es que este tipo de lámparas tienen una doble función. Cuando están encendidas cumplen la misión para la que han sido concebidas, como punto de luz indirecta, iluminando determinadas zonas que queremos resaltar o sobre las que queremos que haya luz. Sobra decir, al respecto, que la iluminación es uno de los elementos a los que más importancia debemos conceder a la hora de plantear un proyecto de decoración, ya que la correcta o incorrecta distribución de los puntos de luz arruinarán o, por el contrario, harán exitoso el interiorismo de una vivienda. Por otro lado, cuando están apagadas, las lámparas (y más si son de sobremesa) son un elemento decorativo más, al que tenemos que dar la importancia que se merece.
En las fotos anteriores (tomadas de mis paneles de inspiración en Pinterest) podemos ver algunas que cumplen con creces estas dos funciones que señalaba. Y en las imágenes siguientes os dejo con algunas de las lámparas de sobremesa que tenemos a la venta en La Tienda de Etxekodeco. Las hay de todos los estilos, épocas (fundamentalmente años 60, 70 y 80) y procedencias. Desde las fantásticas de cerámica de Mánises, con su toque de elegancia y colorido, a las de cerámica alemana, pasando por las artículadas francesas (dos últimas imágenes) o las míticas Fase (en rojo y amarillo), la célebre firma española que cerró en los años 80. Con todas ellas acertaréis y daréis un toque de personalidad a cualquier espacio en el que vayan ubicadas.
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